Carisma y éxito en las relaciones sociales. Las emociones determinan nuestro carisma. Dentro de las emociones básicas, la alegría y la sorpresa son fundamentales para generar aceptación social. Una persona alegre siempre es bien recibida por su energía, actitud y positivismo; una persona capaz de sorprenderse por lo que otros dicen o hacen, es todo lo contrario a una despectiva o prepotente que ya lo sabe todo y mira por encima del hombro lo que tiene que ver con los demás.
Algunas emociones nos ubican en un contexto social y nos permiten relacionarnos mejor con algunos que con otros. Ciertas combinaciones de emociones atentan contra nuestra interacción social y nuestras relaciones sentimentales, por ejemplo la combinación de asco, desprecio e ira.
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